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La inteligencia musical es la capacidad de percibir, crear, interpretar y disfrutar patrones sonoros y rítmicos.

 

Incluye sensibilidad al tono, timbre, ritmo y melodía.

 

Permite identificar relaciones entre sonidos y expresar emociones a través de la música.

 

Está presente en compositores, intérpretes, directores de orquesta, cantantes, pero también en cualquier persona que disfruta y comprende profundamente la música.

 

👉 En esencia: es la habilidad de pensar y sentir con sonidos.

                                 

                                 LA IMPORTANCIA DE POTENCIARLA

 

 

Favorece la expresión emocional y la creatividad.

Estimula la memoria, la atención y la capacidad de concentración.

Refuerza el aprendizaje en otras áreas (las matemáticas y el lenguaje, por su estructura rítmica y lógica).

Ayuda a la regulación emocional y al bienestar psicológico.

                                       TIPS PARA DESARROLLARLA

 

 

🎵 1. Escuchar música activamente

No solo oír, sino prestar atención a los instrumentos, las variaciones de ritmo, las letras y los silencios.

 

🎸 2. Aprender a tocar un instrumento

La práctica de la guitarra, el piano, el violín o incluso instrumentos sencillos como la percusión estimula la coordinación y la creatividad musical.

🎤 3. Cantar

Ejercitar la voz mejora la afinación, el ritmo y la conexión con la expresión emocional.

🥁 4. Practicar percusión corporal

Golpear palmas, usar los pies o el propio cuerpo como instrumento desarrolla el sentido rítmico.

🎧 5. Experimentar con composición

Crear pequeñas melodías o improvisar sobre bases musicales estimula la imaginación sonora.

🌍 6. Explorar diferentes géneros musicales

Escuchar música clásica, jazz, folclórica, electrónica o étnica abre la percepción a nuevas estructuras rítmicas y sonoras.

🧘 7. Usar la música para conectar con emociones

Seleccionar melodías que acompañen distintos estados de ánimo ayuda a tomar conciencia de la relación entre música y vida emocional.


La inteligencia musical es mucho más que tener oído para el canto o el ritmo: es la capacidad de comprender

y expresar la vida a través del sonido.

Desarrollarla nos conecta con la emoción, la memoria, la creatividad y la experiencia estética, recordándonos que la música es un lenguaje universal que atraviesa culturas y corazones.

Amplia horizontes y escucha tipos de música distintos a los que acostumbras.

Ve a bailar distintos tipos de música. Puede ser divertido el que cada uno de tus amigos decida, cada vez que os apetezca, su lugar preferido.

Aprende a bailar distintos bailes.

Aprende a tocar un instrumento y anímate a componer.

Pide a amigos que te recomienden temas musicales aunque no pertenezcan a tu estilo musical preferido y déjate sorprender.

Canta por placer y verás lo bien que te sienta, puede ser en casa, un karaoke, en conciertos... donde te apetezca.

 

Siempre que tengas oportunidad, investiga un instrumento y trata de hacerlo sonar.

 

Asiste a conciertos y no solo de tus grupos preferidos, déjate aconsejar y sorprender.

 

Crea carpetas de música asociadas a tus estados de ánimo. En ocasiones verás que te sienta bien escuchar el tipo de música afín a tu estado de ánimo y en otras al contrario, déjate sentir y disfruta.

 

Juega a identificar estilos musicales cuando escuches música que no elijas; puedes hacerlo en conciertos, bares, discotecas... o usando un servicio de música de manera aleatoria.

Visualiza documentales y películas musicales.

Investiga el origen de los estilos musicales que te motiven.
 

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